Había una vez un señor que vendia frutas en un pueblito muy bonito, era muy popular ya que sus frutas eran las mejores del pueblo, un día al pueblo llego una gran tormenta; todos los frutos se dañaron y las tierras no producian como tenia que ser.
Un día el señor decidio que pedirle ayuda a un santo era la mejor opcion para qu esus frutos volvieran a ser los mismos de siempre, y asi poder seguir llevando el pan a su casa. Pidio con fé a San Miguel y al día siguiente se dio cuenta que sus tierras volvian a florecer como antes, entonces dijo para simismo, esto es un milagro para agradecerlo hoy regalare los frutos que he producido; y así fue como ese dia todas las personas del pueblo tomaron jugos deliciosos, y comieron frutas jugosas que los llenaron de alegria.
sábado, 27 de febrero de 2010
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